El Yaguareté-AváCapiango es un ser mitológico de la cultura guaraní (idioma guaraní: jaguarete, que hace referencia a este felino del mismo nombre; y ava, que significa "hombre"), o también llamado Hombre-Tigre u Hombre-Leopardo es un mito común del nordeste argentino y el Gran Chaco que hace referencia a un brujo que se convierte en un yaguareté. Su raíz se halla en la adoración que estos pueblos tenían por estos animales.
la siguiente leyenda tomado del siguiente libro podrá ilustrarnos un poco mas acerca de este ser: LA LEYENDA DEL YAGUA RETÉ-ABÁ (el indio tigre) Y sus PROYECCIONES ENTRE LOS GUARANÍES, QUICHUAS, ETC. (Contribución al estudio del Folk-Lore comparado) Pon JUAN B. AMBKOSETTI
-Me refiero á la leyenda del Tigre Capiango, que me ha sido refe-rida por el distinguido poeta argentino Leopoldo Lugones y que es común en el norte de Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero. Refiere la tradición que dos hermanos vivían en el bosque en un ranchito, ocupándose de las faenas propias del mismo.
Por aquella época apareció en las inmediaciones un tigre cebado en carne hu-mana, que hacía muchas víctimas, al cual no podía matarse, pues cuando se le disparaban tiros, herizaba los pelos y las balas resba-laban sobre ellos. Uno de los hermanos observó con sorpresa que las apariciones del felino, coincidían exactamente con las desapariciones del otro hermano, y naturalmente esto lo puso en cuidado, resolviendo ob-servarlo con sigilo. En una de las salidas, éste lo siguió y pudo ver que en llegando su hermano a cierta parte del monte, descolgaba de un árbol un gran bulto que contenía un frasco de sal y un cuero de tigre, que extendía en el suelo. Luego lomando tres granos del frasco, los comía y en seguida revolcándose sobre la piel se transformaba en la terrible fiera. Temiendo lo desconociese, se retiró, pero al siguiente día se fue al monte tomando el bulto, con el frasco y la piel, los echó al fuego para que su hermano no pudiese continuaren sus felinas andadas. Vuelto a su casa encontró a su hermano muy enfermo, casi agonizante, quejándosele de su acción y diciéndole que causa de ella, se moría pero que si quería salvarlo aún, le trajese del monte un pedacito del cuero del tigre que faltaba quemarse, pues ese sería su único remedio. Al oír esto, el hermano compadecido volvió al monte y recogiendo el fragmento pedido tornó presuroso a su casa, pero ni bien se lo entregó, el enfermo echándose sobre la espalda el resto del cuero se transformó repentinamente otra vez en tigre y dando un sallo prodigioso se perdió en el monte hasta ahora.
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